En un reportaje sesgado sobre la ley de Mississippi que les permita a los comercios defender sus creencias religiosas, Univisión le concedió al movimiento por los derechos de los homosexuales una preferencia respetuosa al tiempo que ignoró por completo el derecho a la libertad religiosa.
Lo que fue aún más notable es que Univisión no les proporcionó a los televidentes una perspectiva personas e instituciones a las que la ley debería proteger, sobre todo a quienes son feligreses, al clero y a las iglesias en todo Estados Unidos. El gigante televisivo de noticias en español mostró un sinfín de opiniones que mayormente favorecían a quienes están en contra de esa ley, incluidas las de Mónica Trasandes, representante de GLAAD (Alianza de Homosexuales y Lesbianas contra la Difamación), y Eric Flemimg, de ACLU (Unión de Libertades Civiles de América), quienes expresaron su descontento por la aprobación de la ley.
Univisión pasa por alto deliberadamente la preocupación legítima y el impacto negativo que el desgaste del derecho de libertad de religión ocasiona en quienes defienden la definición tradicional del matrimonio. Ignora también las preocupaciones de los empresarios y religiosos de nuestra comunidad que temen ser forzados a comprometer sus creencias y sufrir en la protección de sus derechos de la primera enmienda. Con ello, Univisión deja saber a todos que en su opinión es la comunidad de homosexuales y lesbianas la que tiene prioridad en los derechos constitucionales. Si la audiencia de los canales de televisión en español quiere oír los dos lados de esta controversia, pues desafortunadamente no puede contar con Univisión.