El silencio estratégico del presidente Donald Trump respecto a los terremotos en Puerto Rico, a la vez que aprueba miles de millones de dólares en ayudas más la declaración de desastre mayor para el territorio estadounidense, obliga a los medios liberales hacía un lugar incomodísimo...reconocer que siempre tuvo la razón.
La semana pasada, The Washington Post intentó desempolvar la estrategia de los medios continentales, desplegada tras el paso del huracán María con el fin de convertir el sufrimiento y el dolor de los puertorriqueños en un commodity político para provecho de los demócratas. El cierre torpe del editorial reveló la jugada:
Aún así, vale recordar que muchos puertorriqueños se vieron obligados a abandonar la Isla tras el paso de María y ahora viven- y podrán votar- en estados pendulares tales como la Florida y Pensilvania. Se presume que muchos de ellos recordarán el trato que se le dio a la Isla.
Es importante recordar que la prensa nacional estuvo dormida durante las postrimerías iniciales del huracán María- dedicando su cobertura a los tuits del presidente respecto a la liga NFL. De hecho, la prensa liberal no se dignó en cubrir los efectos terribles del paso de María hasta que apareció un ángulo claro anti-Trump personificada en la alcaldesa radical y separatista de San Juan, quien convirtió su notoriedad post-María en la copresidencia nacional de la campaña presidencial del senador Bernie Sanders.
Pasemos al 2020. Más de mil sismos han sacudido la costa suroeste de Puerto Rico y áreas limítrofes, desplazando muchas familias y causando daños millonarios. Sin embargo, el daño está limitado a varios municipios ubicados al lado opuesto de San Juan. Por tanto, no hay pauta gratuita que la alcaldesa persiga ni conferencias de prensa performativas frente a paletas de suministros.
La falta de un aparente ángulo antitrumpista con los temblores, el anuncio del gobierno de Trump de salvaguardas contra la corrupción que facilitan el flujo de ayuda de vivienda y la declaración de Puerto Rico como zona de desastre mayor, en conjunto con el silencio estratégico del presidente al respecto, han privado a los medios liberales de un ángulo con el cual politizar más aún su cobertura de los temblores.
En adición, la Isla fue estremecida por noticias de que suministros permanecieron almacenados mientras que sufrían los damnificados por los terremotos- lo cual sólo refuerza la acusación del presidente (con la cual, de paso, coinciden muchos puertorriqueños) a la clase política de la Isla de ser corruptos e incompetentes. Según la nota de CBS News:
La gobernadora de Puerto Rico Wanda Vázquez Garced cesó al director de manejo de emergencias el sábado, tras la viralización de un video en medios sociales que muestra suministros sin tocar en un almacén. Algunos de los suministros presuntamente han permanecido en el almacén desde que el huracán María impactó la ISla en el 2017.
“Hay miles de personas que se han sacrificado para ayudar en el Sur, y es imperdonable que los suministros se hayan quedado en el almacén”, dijo Vázquez en una declaración.
Sin ángulo obvio antitrumpista que promover, la prensa liberal (con la excepción continua de David Begnaud de la cadena CBS) se ve obligada a cubrir el issue en sí, es decir: los terremotos que han sacudido a Puerto Rico, y la inhabilidad continua de su gobierno para responder adecuadamente a una emergencia debido a la corrupción e incompetencia institucionalizada. Después de todo, Trump tuvo la razón.
Estamos a menos de cuatro meses y medio del comienzo de la temporada de huracanes en el Atlántico del 2020.