El propósito del repugnante ataque del New York Times de ayer en las candidatas al Congreso por Texas Cassy García, Mónica de la Cruz y la congresista Mayra Flores (R-TX34), titulado “‘La ola roja ha llegado’: el ascenso de las latinas de ultraderecha", fue señalarlas como traidoras de la raza a los demás medios "del corredor Acela", y usarlo para encasillar su futura cobertura. Se quederán cortos.
Aquí podemos ver cómo la reportera de política nacional Jennifer Medina, caracteriza la victoria de Flores en las elecciones especiales en TX-34, y la manera en que desacredita a Flores:
La representante Mayra Flores se convirtió en la primera republicana en representar al valle del río Grande en más de un siglo luego de que el mes pasado ganó la elección especial y convirtió una curul azul en roja. También se convirtió en la primera latina republicana que Texas haya enviado al congreso. Su mandato abreviado solo dura hasta el fin del año y se considera que tendrá dificultades para ganar la reelección en un mandato completo.
Pero lo que más sorprende es que Flores ganó haciendo de lado a los moderados, alineándose a la ultraderecha y haciendo gala de su apoyo a Donald J. Trump, más al estilo de Marjorie Taylor Greene que de Kay Bailey Hutchison.
Su eslógan de campaña — “Dios, familia, país”— buscaba atraer a lo que llama los “valores tradicionales” del distrito de mayoría hispana en la ciudad fronteriza de Brownsville que representa. Pidió que se hiciera un juicio político al presidente Biden. Tuiteó etiquetas de QAnon. Y dijo que el Partido Demócrata era la “mayor amenaza que Estados Unidos enfrenta”.
En una entrevista en su despacho, aún vacío, el día posterior a su toma de protesta, a Flores se le preguntó si consideraba que Biden era el presidente electo legítimamente.
"Es el peor presidente de Estados Unidos", respondió.
Cuando se le preguntó tres veces más si Biden había sido elegido legítimamente, repitió la misma evasiva.
Acerca de Cassy García, Medina escribe:
Garcia, por el contrario, dijo que ha sido republicana toda su vida. Criada como conservadora, iba a la iglesia tres veces a la semana y entró en política poco después de la universidad, con un trabajo como directora de extensión para el senador Cruz en McAllen.
Como candidata, se ha centrado en la libertad religiosa, la elección de escuelas y la prohibición del aborto, temas sobre los que dijo que los votantes hispanos de la región tienen ideas cada vez más afines.
Observe lo que el Times le señala a sus lectores: su proximidad a Trump (incluida una comparación directa con la fogosa Marjorie Taylor Greene de Georgia), los llamados a "Dios, familia, y nación" y las políticas específicas sobre el aborto y la elección escolar. El propósito de estos, en este orden, es mostrar a los lectores del Times que el Trío de Texas no representa la mayoría hispana (en la imaginación del Times).
Debido a que la identidad latina es principalmente política (la erudición de Mike González sobre esto es lectura obligada), cualquier desviación de la ortodoxia se considera traición a la raza. El ejemplo más evidente y desagradable de ello ocurrió en 2018, cuando Jorge Ramos de Univisión, le preguntó a Beto O'Rourke si Ted Cruz había traicionado a los latinos. O'Rourke, para su crédito, no cayó en la trampa.
Considere también, como señalara nuestro amigo Giancarlo Sopo, que nunca escribieron sobre el "ascenso de la latina de extrema izquierda", cuando Alexandria Ocasio-Cortez entró a la palestra nacional. Solo hubo enaltecimiento y trato de estrella, porque se presume que el izquierdismo es la política natural de los latinos.
El escrito del NYT crea una estructura de permisos para que el resto de los medios "del corredor Acela" y sus clientes vilipendien y descalifiquen racialmente al Trío de Texas, parecido al trato vil que le otorgaron al juez Clarence Thomas tras el fallo Dobbs. Pero lo más seguro es que tales esfuerzos se quedarán cortos.
Univisión y Telemundo, cuyo alcance en el sur de Texas es mucho más amplio que el de The New York Times, se aseguraron de publicar historias elogiosas de nuestro "orgullo latino" cuando Flores ganó su elección especial. Las historias de éxitos obtenidos por los inmigrantes suelen obtener espacio estelar en estas cadenas; ocultar la histórica elección al Congreso de una mujer nacida en Burgos, Tamaulipas, México, habría constituido una grave desviación de sus normas.
A medida que las elecciones se calientan, podemos esperar más de este tipo de reportaje en los medios del Acela y en la televisión por cable. Pero ahora ya sabemos por qué las publican.